Participantes: Alemania Federal, Holanda, Polonia, Brasil, Suecia, Alemania Democrática, Yugoslavia, Argentina, Escocia, Italia, Chile, Bulgaria, Uruguay, Australia, Haití y Zaire. Campeón: Goleador: Lato, 7 goles (Polonia). Historia: Fue una auténtica final de Copa del Mundo. Hasta el último momento las gargantas alemanas contuvierón el aliento para el desahogo postumo. Sólo cuando el árbitro inglés Taylor dio su último silbatazo rugió el estadio. En cualquier momento Holanda, la Holanda maravilla del torneo, podía hacer el gol del empate. Pero ese gol, que buscó durante todo el segundo tiempo no llegó. Y en las lágrimas de Cruyff al terminar el partido se simbolizó una impotencia que se fue haciendo cada vez más patente en sus compañeros... Alemania Campeón del Mundo. Se lo merece. Y ese merecimiento cobra la máxima validez del elogío al imponerse con toda justicia contra el equipo de las innovaciones del vertigo envolvente del fútbol del año 2,000 de Johan Cruyff, J.C. Super máxima individualidad del torneo. Cuando la historia de las finales vuelve a repetirse una vez más y el equipo que hace el primer gol pierde. Alemania no había tocado la pelota y ya iba perdiendo por un gol a cero. Antes del minuto de juego el viejo Müller, el veterano de mil combates, era quebrado en un penal. El árbitro lo marco con decisión cuando en gran jugada Cruyff se interna al area y es enganchado por atrás. Y ese gol de regalo, presente griego al comenzar el partido, tanstornó a Holanda. En lugar de hacer se juego basto retener la pelota y circular, circular sin definir. Y su rival se creció, empujó con todos sus hombres sin dejarse vencer. Y allí perdió el partido y el campeón Holanda. Dos goles que fueron decisivos logró Alemania. Uno de penal y otro del artillero Gerd Müller, que estuvo presente cuando más era necesario en los partidos finales. Donde sólo sobresalen los que valen. |